La complejidad de lo simple

Lo fácil fue antes una decisión.

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Cuando un contenido funciona, pasa desapercibido y eso es lo que lo hace más valioso. Cuando todo fluye, lo complejo no tiene lugar. Pero entonces, surge la pregunta: ¿cómo logramos que sea así de simple?

Mi trabajo consiste en la búsqueda continua de la complejidad de lo simple. Esta complejidad no es algo concreto que se pueda definir una vez y listo. Por el contrario, es algo que requiere entrenamiento, adaptabilidad y, sobre todo, mucha humildad.

Para quién escribimos

A la hora de escribir algo, sea lo que sea, siempre debemos identificar a nuestra persona usuaria. Poder tener esa definición nos provee de herramientas como, por ejemplo: el contexto, su base de conocimiento y qué necesidad buscamos cubrir con eso. ¿Necesitamos explicarle desde cero un flujo porque es la primera vez que usa nuestro producto? ¿Es un cliente frecuente que precisa resolver un problema específico? O simplemente, ¿queremos que esa persona realice una acción como buena práctica sin una necesidad en concreto?

No importa sobre qué tengas que escribir, el tema no es excluyente porque esas necesidades siempre van a estar. ¿Es obligatorio hacerlo? No, en realidad no, pero creeme que lo vas a querer hacer. Ahorra muchísimo tiempo, problemas y discusiones y, además, agrega excelencia. Generalmente, se piensa que es sencillo escribir porque, ¿todos podemos hacerlo no? Pero crear contenido que convierta, que haga que algo suceda, no lo hace cualquiera. Un escritor puede venir desde cualquier lado, pero no todos necesariamente pueden cumplir su objetivo.

Qué es lo simple

Cuando decimos que algo tiene que ser sencillo refiere a que tiene que ser algo que, no importa quién lo lea, sea comprensible y accesible por todos. Por supuesto que hay diferentes niveles según temas y quien lo lea, pero cuanto más simple y transparente, mejor.

Para escribir algo de forma simple se requiere entender en profundidad lo que se precisa contar. Es buscar toda la información que necesitamos en diferentes lugares, es hacer muchas preguntas y es poder ponernos en la piel del lector que la va a utilizar. Muchas veces (casi todas), requiere vivir esas propias experiencias y ver cómo otros la experimentan también.

Pensemos en crear la receta de una torta. Necesitamos hacer pruebas, tomar nota del proceso, experimentar los diferentes resultados hasta llegar al que queremos y luego bajar esos pasos en líneas claras y accesibles. Hasta las recetas de platos más complejos son claras, detallistas y accesibles. Ahora bien, si escribir simple es lo que funciona y es más eficaz, ¿por qué no siempre sucede?

Responsabilidad del rol

El problema y la solución a esta complejidad es la misma: la persona que escribe. No podemos dejar de lado que es una persona que está ejerciendo su trabajo y que se encuentra atravesada por sus propios límites y necesidades.

Por un lado, se requiere formación y experiencia en cómo realizar ese trabajo. Es invertir mucho tiempo en los ámbitos en los cuáles nos desarrollamos y es continuamente instruirse en conocer sobre los temas que queremos comunicar. Hay que entender cuáles son nuestras áreas de influencia (no todos los chefs son cocineros y pasteleros al mismo tiempo) y muchas veces es aceptar que no entendemos cosas y que necesitamos volver a realizar preguntas. Es aceptar que, a pesar de ser personas instruidas en el tema y respetadas por eso, también necesitamos ayuda para poder hacer nuestro trabajo. Tener la seguridad y confianza suficiente para ser humilde y mostrar que no siempre lo sabemos todo.

Y por otro lado, lo simple no deja de ser una decisión. Es un gran desafío desde lo técnico pero es peor aún cuando en realidad se quiere complejizar lo simple para obtener ganancias de eso. Para demostrar que no todos lo pueden realizar por mas de que se entrene y se aprenda hacerlo. Querer posicionarse en ese lugar de superioridad y marcar una distancia para dejar en claro que "pocos lo entienden", es un error y que lo único que hace es restar.

Escribir es un gran poder y conlleva una gran responsabilidad. Luchar contra la complejidad es entrenarse y ser conscientes de que somos nosotros quienes tenemos la capacidad de crear puentes para nuestras personas usuarias. Es ayudarlos a lograr sus objetivos sin fricciones aunque ellos no sean conscientes de esa propia necesidad.

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Usé Creative Writing Coach para ayudarme a corregir parte del contenido de este artículo.

Sobre mí

Soy escritora técnica, experta en documentaciones y estrategias de contenido con sede en Buenos Aires, Argentina. Mi principal objetivo es ayudar a los usuarios a alcanzar sus metas al convertir información técnica compleja en contenido accesible y personalizado.

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